El precio del cine en Barcelona
ronda hoy en día entre los 5 y los 8 euros (dependiendo de cada cine y, por
supuesto del “complemento” de las películas en 3D). Pero… ¡qué os voy a contar
a vosotros!
En mi opinión es un precio razonablemente caro teniendo en cuenta la calidad de las películas que se ofrecen actualmente. Vale, quizás ahora sea acribillada por una retahíla de comentarios diciéndome que hay verdaderas maravillas en cartelera. No dudo que algunas son dignas de ver pero, ¿qué queréis que os diga? a mí pocas me llaman la atención (alguna, puntualmente). Lo cierto es que me gusta el cine. No digo que sea uno esos “yuppies” que, además de entender de enología, pintura, literatura, etc., son grandes críticos del séptimo arte. Digo que me gusta el cine, a secas. Me atrae la manera que tienen directores y actores de trasladar el mundo real (o no tan real) a la pantalla. Aún así, llevo bastante tiempo sin pisar un cine. ¿No os pasa que ha llegado un punto en que todas las películas os suenan a lo mismo? Grandes tráilers para grandes fiascos.
Ahora han sacado la moda de reestrenar viejas glorias. Y con la tontería del 3D aprovechan para sacarnos un poco los cuartos. Yo la verdad es que no lo acabo de notar. No es aquello que digas que “tocas” la imagen, tan solo le dan un poco más de profundidad. Una profundidad que supone unos dos o tres euros más… De todas formas, casi prefiero pagar por ver otra vez “La guerra de las galaxias” (“Star Wars” para los internacionales) o “Titanic”, que volverá a lucirse en la gran pantalla este año con motivo del centenario de la catástrofe. Éstas y otras fueron películas que realmente estuvieron trabajadas, teniendo en cuenta la tecnología de la que disponían por aquél entonces. Resultaron novedosas y cautivaron a gran parte del público, cosa que difícilmente pasa hoy. Sí, quizás alguna superproducción lo haya conseguido pero, sinceramente, a mí las superproducciones no me llaman demasiado la atención… Cosa que también me irrita sobremanera. Es decir, ¿se supone que tenemos que ser tratados como auténticos cazurros por no ir a ver la gran película del momento?
No, no he visto “Avatar” ni pienso hacerlo. No pongo en duda su calidad como película pero opino que le dieron demasiado “bombo y platillo”. Creo que uno de los encantos del cine es que a cada uno le seduce de una manera distinta. Si las críticas, el tráiler y la promoción ya te dicen cómo es la película, la opinión que supuestamente tienes que tener después de verla, etc. te lo dan todo hecho. Me refiero a que cambian el orden de las cosas; primero uno va a ver el largometraje y luego decide si aquello que ha visto es digno de ser apodado obra maestra o no. En este caso invierten los pasos; primero venden la película como la obra maestra del siglo y después va uno a verla, por supuesto coaccionado por las críticas. Y, en esta situación, el orden de los factores sí que altera el producto, al menos para mí. ¿Acaso dudan de nuestra propia capacidad para valorar? Por esa razón me suelen gustar las producciones sin sobrenombre, en ocasiones con escaso presupuesto. Muchos lo llaman cine indie pero no creo que sea tal cosa. Son piezas que seguramente no cumplirían los requisitos necesarios para recaudar lo suficiente y que, por ese motivo, se quedan en la recámara.
Para mí, la clave que tiene que tener una película para considerarla decente es que me cambie de alguna manera. Si el filme consigue conmover al espectador de algún modo, ya ha triunfado. Sin necesidad de ser la mayor producción del año. Si, por el contrario, uno sale del cine de la misma manera que entró, pensando qué habrá para cenar o dónde ha dejado el coche, entonces el éxito se ha quedado por el camino.
En mi opinión es un precio razonablemente caro teniendo en cuenta la calidad de las películas que se ofrecen actualmente. Vale, quizás ahora sea acribillada por una retahíla de comentarios diciéndome que hay verdaderas maravillas en cartelera. No dudo que algunas son dignas de ver pero, ¿qué queréis que os diga? a mí pocas me llaman la atención (alguna, puntualmente). Lo cierto es que me gusta el cine. No digo que sea uno esos “yuppies” que, además de entender de enología, pintura, literatura, etc., son grandes críticos del séptimo arte. Digo que me gusta el cine, a secas. Me atrae la manera que tienen directores y actores de trasladar el mundo real (o no tan real) a la pantalla. Aún así, llevo bastante tiempo sin pisar un cine. ¿No os pasa que ha llegado un punto en que todas las películas os suenan a lo mismo? Grandes tráilers para grandes fiascos.
Ahora han sacado la moda de reestrenar viejas glorias. Y con la tontería del 3D aprovechan para sacarnos un poco los cuartos. Yo la verdad es que no lo acabo de notar. No es aquello que digas que “tocas” la imagen, tan solo le dan un poco más de profundidad. Una profundidad que supone unos dos o tres euros más… De todas formas, casi prefiero pagar por ver otra vez “La guerra de las galaxias” (“Star Wars” para los internacionales) o “Titanic”, que volverá a lucirse en la gran pantalla este año con motivo del centenario de la catástrofe. Éstas y otras fueron películas que realmente estuvieron trabajadas, teniendo en cuenta la tecnología de la que disponían por aquél entonces. Resultaron novedosas y cautivaron a gran parte del público, cosa que difícilmente pasa hoy. Sí, quizás alguna superproducción lo haya conseguido pero, sinceramente, a mí las superproducciones no me llaman demasiado la atención… Cosa que también me irrita sobremanera. Es decir, ¿se supone que tenemos que ser tratados como auténticos cazurros por no ir a ver la gran película del momento?
No, no he visto “Avatar” ni pienso hacerlo. No pongo en duda su calidad como película pero opino que le dieron demasiado “bombo y platillo”. Creo que uno de los encantos del cine es que a cada uno le seduce de una manera distinta. Si las críticas, el tráiler y la promoción ya te dicen cómo es la película, la opinión que supuestamente tienes que tener después de verla, etc. te lo dan todo hecho. Me refiero a que cambian el orden de las cosas; primero uno va a ver el largometraje y luego decide si aquello que ha visto es digno de ser apodado obra maestra o no. En este caso invierten los pasos; primero venden la película como la obra maestra del siglo y después va uno a verla, por supuesto coaccionado por las críticas. Y, en esta situación, el orden de los factores sí que altera el producto, al menos para mí. ¿Acaso dudan de nuestra propia capacidad para valorar? Por esa razón me suelen gustar las producciones sin sobrenombre, en ocasiones con escaso presupuesto. Muchos lo llaman cine indie pero no creo que sea tal cosa. Son piezas que seguramente no cumplirían los requisitos necesarios para recaudar lo suficiente y que, por ese motivo, se quedan en la recámara.
Para mí, la clave que tiene que tener una película para considerarla decente es que me cambie de alguna manera. Si el filme consigue conmover al espectador de algún modo, ya ha triunfado. Sin necesidad de ser la mayor producción del año. Si, por el contrario, uno sale del cine de la misma manera que entró, pensando qué habrá para cenar o dónde ha dejado el coche, entonces el éxito se ha quedado por el camino.
Coincideixo bastant, la veritat. Últimament costa sortir del cine dient: "¡oh que grande!" A vegades val més veure una peli de fa mil anys (alguna d'Alfred Hitchcock, el resplandor, atrapado en el tiempo...) que anar al cine a veure una que està batent rècords de taquilla.
ResponEliminaJa no parlem de si és en 3D! Jo em sento atracat, i més encara perquè normalment no és com a l'Imax, que si que sembla que estiguis dins de la peli...
Es massa car, però no estic del tot d'acord, per moltes critiques que tingui un film, tu vas al cine i si tagrada be i sino tmb, no crec que estiguis condicionat. A més a més, hi ha bones pelicules igual, tot es subjectiu...
ResponEliminaJo l'altre dia vaig anar a veure la de la dama de hierro, te molt bona critica, pero no vaig anar a veurela per aixo, sino per ma mare. I al final, em va encantar ami, em va traslladar molts sentiments, i la veritat ami la critica me la pelava, jo no la volia veure... Per tant, trobo que l'opinio per molt que et diguin es subjectiva i que el cine es massa car xd
A mí últimament em passa molt això d'anar al cine i sortir sense que la peli t'hagi dit res... Tinc la sensació que cada vegada val menys la pena pagar per a anar al cine... És com tirar els diners (molts diners) veient una pel·lícula que et despertarà el mateix que veure les del peliculón d'Antena 3. La diferència és que al cine, els anuncis te'ls condensen tots al principi i no al mig de la peli amb els "Volvemos en..."
ResponEliminaEn fi, para gustos, los colores :)
En gran part tens raó, per exemple Pa Negre era una grandíssima pel·lícula que va tenir una taquilla escassa, en canvi, després de la crítica que la va deixar (merescudament) pels núvols aleshores va tenir unes grans ventes en DVDs. Com passa en la nostra societat, qui té més diners té més pressupost per fer una gran pel·lícula i, per tant, més pressupost per fer publicitat i donar-se a conèixer.
ResponElimina